Los secretos que esconde la mansión Playboy



Una vez que se cierran las puertas de la casa del magnate del erotismo Hugh Hefner, se ingresa en un universo misterioso. Abusos, reglas de comportamiento y suciedad son algunas de las denuncias de las “conejitas” que alguna vez vivieron allí



Casi nadie sabe lo que sucede puertas adentro. No hubo filtraciones de fotos ni videos y, pese a su fama, pocos medios de comunicación lograron ingresar a su interior. La mansión de Playboy, habitada durante décadas por “el magnate del erotismo” Hugh Hefner y recién vendida a un millonario fanático de la marca del conejito, es el escenario de secretos, misterios, excesos, lujuria y hasta abusos que poco salieron a la luz.

La residencia, ubicada en el lujoso suburbio de Westwood, en Los Ángeles, fue puesta en el mercado en enero por unos 200 millones de dólares y fue vendida hace una semana a Daren Metropoulos, hijo del multimillonario C. Dean Metropoulos, y un ferviente aficionado de las publicaciones de la revista. Sin embargo, lo extraño fue que el propio Hefner, de 90 años, publicó una cláusula en el contrato en la que se acordaba que él viviría allí hasta su muerte.

A lo largo de las décadas pasaron por allí innumerables “conejitas” y se crearon decenas de mitos sobre fiestas exclusivas y orgías que incluso involucraron a personalidades.

Luego, la rutina habitual consistía en una visita de todas las chicas a la habitación de Hefner en la que cada una de ellas debía mantener relaciones sexuales con el “jefe” durante dos minutos, mientras las demás le dedicaban gritos de aliento al magnate.

Comentarios