Enriqueta Imaca vive en “un paraíso” y tiene millones

Tiene 63 años, es de estatura baja, cabello corto y canoso, casi siempre viste trajes de dos piezas (falda y saco). Se expresa con cariño frente a sus interlocutores, utiliza diminutivos en sus charlas y habla rápido.

Se trata de la ejecutiva de la Federación de Gremiales, Artesanos, Comerciantes Minoristas, Vivanderos y Ramas Anexas del departamento de Cochabamba, Enriqueta Imaca, quien accedió a conversar con OPINIÓN y relatar su vida, desde una infancia con carencias hasta el poder económico y sindical de la actualidad.

Describe su vida actual con lujos y reconoce que tiene millones de dólares como patrimonio.

Imaca realiza negocios cual magnate de Wall Street y los resultados muestran su habilidad en el área.

Nació en Cochabamba, solo estudió la primaria y se crió en la zona comercial de la avenida San Martín y Brasil. Recuerda que a los siete años, tras la separación de sus padres, ella fue el apoyo para su madre, pues no tenían recursos económicos.

Empezó vendiendo refrescos de canela en la puerta de la casa donde vivía.

“Vivita (inteligente) siempre era”. Su “negocio” fue creciendo con la venta de arroz con leche, luego clavos para abarcas y otros objetos que veía que tenían demanda en la zona.

Se casó, tuvo siete hijos y hasta antes de quedar viuda estuvo en el ámbito gremial siguiendo los pasos de su esposo.

El primer puesto de la líder de los gremiales está en el mercado Pulacayo, donde antes vendía ropa usada. Desde ahí, en los turbulentos años 70, comenzó también su vida sindical.

Cuando surgen los conflictos gremiales, por clausuras de puestos, decomisos de mercadería u otros, su nombre no tarda en oírse entre los comerciantes y Enriqueta Imaca aparece en defensa de su sector. La mayoría de las veces su presencia implica conflictos y amagues de enfrentamiento con guardias municipales o la Policía.

En semanas recientes, apareció liderando un grupo de comerciantes que exige el “respeto” a sus puestos, en el pasaje Cliza.

Las diferencias entre Imaca y el actual Gobierno Municipal, sobre todo con la intendente Luz Rojas, derivaron en movilizaciones del sector gremial y en denuncias en su contra, incluso en lo referido al origen de su patrimonio.

Cuando comienza a relatar su vida, su cariñoso tono de voz se quiebra con el llanto al recordar etapas difíciles de su vida y se emociona, con un brillo en los ojos, al mencionar que ahora vive en “un paraíso”. Es propietaria de una mansión, donde vive en la actualidad, que antes fue el balneario Villa Bonita. También es dueña de la Galería Copacabana, donde alquila casetas. Ambos inmuebles están en Quillacollo, además de otro terreno. La dirigente asegura que todavía mantiene en Cochabamba su puesto, ahora atendido por una de sus hijas, en el mercado Pulacayo.

“SUERTE” Al recordar cómo creció su actividad en el comercio, cuenta que más o menos hace una década le ofrecieron un terreno de 10 mil metros cuadrados en pleno corazón del mercado La Paz. Se trataba de la zona de un molino.

Imaca no tenía dinero, pero atendió la sugerencia de agrupar gente para comprar el terreno.

“Yo dije: ‘Lo vendo esto, hago una propiedad horizontal y vendo los puestos’. Hicimos una reunión en mi federación y entramos 33 miembros”.

Pero el lugar estaba hipotecado por dos millones de dólares. Fracasaron con tres compradores. Ella fue legalizando papeles vendiendo “las cositas” que ya tenía y se hizo cargo del negocio.

“Esa ha sido mi suerte. Ha sido como sacarme la lotería con El Molino”.

Luego, obtuvo un préstamo bancario de 297 mil dólares.

“Con 230 mil compré mi casa de la Lanza, con 130 mil hice la construcción que hay (una galería comercial en la ciudad de Cochabamba), con 45 mil me compré un lotecito en el kilómetro 11 (a Quillacollo)”. Expresa que comenzó a tener utilidades de los puestos de su galería de la calle Lanza, de un salón de eventos y de los baños que hay en la misma construcción.

“Eso me ha empezado a dar capital”.

En la zona de El Molino construyó un centro comercial con el nombre de El Molino El Gallo, como parte de sus utilidades logró 11 casetas y dos locales grandes. Ella revendió estos puestos. Las casetas que antes costaban ocho mil dólares las dio, un año y medio después, en 38 mil.

Con ese dinero, cuenta, compró un terreno en Quillacollo, en la calle Héroes del Chaco. Además, vendió sus dos locales de El Molino El Gallo, cada uno a 75 mil dólares.

“También he viajado a China, compré mercadería y he seguido trabajando”.

Para ampliar el terreno en Quillacollo aceptó pagar 600 mil dólares por un terreno contiguo, aunque asegura que no tenía ese dinero.

“Ahora, ¿qué puedo hacer, me puedo prestar?, todo he pensado, mi cabecita ha trabajado”.

Entonces decidió vender el comercial situado en la calle Lanza, pese a que su actual esposo no estaba muy convencido.

Para actores antagónicos de Imaca, esto no es real y solo se hizo algún cambio de nombres en la propiedad.

Pero la dirigente gremial sostiene que apostó a una venta que le dio 2.2 millones de bolivianos. Recibió una parte del dinero en 2015 y otra hace unos cuatro meses. Y con ese dinero pagó por el otro lote que colinda en la calle Héroes del Chaco en Quillacollo.

“También me he comprado una mansión con 730 mil dólares. Es tipo balneario (en Quillacollo), le llaman Villa Bonita. De ahí me ha sobrado mi platita, tengo todavía ahorrado y con el resto trabajo”.

En la calle Héroes del Chaco construyó la galería Copacabana y ahí alquila casetas. En el ingreso hay puesto de venta de celulares y accesorios, al centro se expone un gran espacio donde hay juegos electrónicos y otros negocios. El predio tiene salida a la avenida Santa Cruz, donde también hay otras casetas.

“Yo vivo como en un paraíso, porque Dios me ha bendecido. No voy a negar lo que tengo”.

Sostiene que ahora no tiene ninguna deuda en el banco. Sus hijos también tienen negocios.



LÍDER Tiene cerca de 35 años de vida sindical. Sostiene que ocupó cargos de vocal, en prensa y propaganda, conflictos, organización, relaciones y luego llegó a ser la cabeza de su federación.

“Fui formando liderazgo acompañando a mi marido en la Federación”.

En su entorno, otras dirigentes, como Emma Arispe, defienden a su representante departamental, aseguran legalidad en sus actos y que es una mujer luchadora que ayuda a otras personas. “Es una mujer muy inteligente”.

“Debo tener más dinero del que dicen que tengo”

Enriqueta Imaca no se sonroja al mencionar los bienes que posee y asegura que no hay irregularidades por las que tenga que esconderlos.

Uno de los principales motivos de conflicto, personal, entre la intendente municipal, Luz Rojas, y la ejecutiva de la Federación de Comerciantes es la puesta en duda de la legalidad del patrimonio de la gremial.

Rojas expone públicamente que una comerciante, que comenzó como Imaca vendiendo ropa usada, no puede lograr tanta fortuna.

“Yo creo que de eso nadie puede tener, cinco millones de dólares en bienes y 270 mil dólares en su cuenta personal. Eso es imposible. Yo puedo decir que antes en la Intendencia había corrupción total”, según Rojas.

Imaca rechaza toda acusación de ganancia ilícita y se refiere a su patrimonio, sin precisar cuánto posee.

“Yo debo de tener cualquier cantidad de millones, porque yo creo en Dios y en la Virgen. Si dicen que tengo cinco millones, debo tener. Si me dicen que tengo 100 millones debo tener y debo tener más”.

Imaca se expresa con firmeza, resaltando una personalidad que ha sido temida desde las anteriores gestiones municipales.

La intendente da a entender que la fortuna pudo haberse elevado por cobros y pagos irregulares realizados en anteriores gobiernos de la Alcaldía. Relata que incluso recibió ofertas de la dirigente.

“Aquí se manejaron grandes sumas (...) Cuando yo asumí la Intendencia Municipal me vino a ofrecer dinero para que yo pueda trabajar (con ella). Doña Enriqueta vino a ofrecerme para mis tarjetas de crédito, ocho mil dólares”.

Con lágrimas en los ojos y un efusivo llanto, Imaca asegura que eso (el soborno) jamás pudo haber ocurrido, que para ella ocho mil dólares “es harta plata”.

Insiste en exponer que todo lo que tiene es fruto de un trabajo sacrificado, desde joven. Ella misma menciona que le acusan de disponer de puestos de venta y se defiende negando todo.

“Tengo suerte, tengo visión. Nunca me van a decir que he vendido calles”.

En semanas recientes se instaló una vigilia en puertas de la Alcaldía. Se trata de comerciantes del sector de Imaca que exigen que sus puestos no sean reducidos.

En medio de este conflicto y las discusiones recurrentes con las autoridades municipales, este sector quiso mostrar que existe apoyo y protagonizó una marcha en defensa de Imaca.

Ella lideró la protesta, le siguieron representantes que portaban estandartes de sindicatos gremiales. Parecía haber poca gente.

El alcalde de Cochabamba, José María Leyes, expuso antes críticas y sugerencias de que Imaca debe retirarse de la dirigencia que ocupa desde hace tantos años.

La intendenta Rojas argumenta que el sector que ella (Imaca) encabeza ya no tiene el poder ni la fuerza de antes.

“Yo creo que es momento de que la señora Enriqueta pueda retirarse a descansar, porque en esta gestión, mientras Luz Clara Rojas esté de intendenta, no logrará nada”, dice Leyes.

Sin embargo, para la líder gremial su trabajo todavía da para largo. Y aunque parecía haber menos gente de la que se acostumbraba ver con ella en las movilizaciones, sostiene que tiene el aval de 314 sindicatos.

Descalifica a organizaciones que, en la actualidad, tienen a otros líderes luchando por las demandas para los gremiales.

Los conflictos con la Alcaldía derivaron en dos procesos penales en contra de la dirigente.

Imaca advirtió que también inicia querellas en contra del Alcalde, la intendente y el asesor general, Sergio Coca, por discriminación.


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