El pasado de Trump con las mujeres ensucia la campaña

"¡Quiero a las mujeres!" "¡Me encantan las mujeres!". Es difícil asistir a un mitin de campaña en el que Donald Trump no proclame su admiración hacia el género femenino. Ha sido durante meses la justificación de quien encendió la mecha de las descalificaciones, un mensaje consciente para ganarse a un amplio sector de votantes masculinos, y ahora empieza a pagar su precio. La candidata rival Carly Fiorina, la periodista Megan Kelly… La lista es larga. A las puertas de su objetivo de ser el nominado republicano, empiezan a llegar las facturas de una fiesta con tanto exceso. Es la campaña sucia y ruidosa que el "establishment" y los republicanos moderados querían evitar. La publicación de los detalles de sucontrovertido pasado de mujeriego manipulador, en su posición dominante de millonario y con comportamientos como mínimo extravagantes en los instantes de la seducción, irrumpió ayer en el paréntesis electoral que media hasta el final de las primarias el 7 junio. Ejecutivas, misses, modelos… Un rosario de relatos controvertidos, algunos de los cuales le piden cuentas. De aquellos polvos estos lodos

Trump alega que el paso del tiempo «añade muchas mentiras» a su pasado y pregunta por qué los medios no cuentan también el pasado de Hillary Clinton, pero el hecho es que el casi seguro aspirante a presidir Estados Unidos fue quien tiró de la cuerda. Tras unos primeros meses de desprecios hacia otras mujeres, hace unos días, en uno de sus mítines, atacó a la demócrata asegurando que «si no fuera mujer, no tendría ni el 5 por ciento de los votos». Esta misma semana, su afición a enfrentarse con el sexo opuesto le llevó a una batería de descalificaciones mutuas con la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren, que se prolongó durante días

El diario The Washington Post abría el fuego periodístico el pasado viernes, al difundir una grabación en la que, supuestamente, el millonario se hacía pasar por uno de los portavoces de su compañía para hablar sobreconquistas de mujeres de una forma vulgar. Trump niega que fuese su voz.
Lo que ellas cuentan
Ayer, The New York Times, en una confirmación de que la aparente tregua de los diarios con el magnate parece haber tocado a su fin, publicaba un amplio reportaje en el que algunas de las 50 mujeres entrevistadas detallaban el mal comportamiento de Trump hacia ellas, en muchas ocasiones con comentarios denigrantes o ejerciendo como su verdadero propietario. Aunque otras, generalmente aquellas con puestos ejecutivos en sus empresas, se consideraban respetadas y se refieren a él con calificativos de "amable" y "adulador". Una diferencia de trato que ya pagó Marla Maples, la segunda y anterior esposa de Trump, cuando la definió como "un diez en tetas y un cero en cerebro". En contraste, el magnate, que acostumbra a jugar a filósofo sobre asuntos básicos, defiende que "las mujeres inteligentes se comportan como muy femeninas, pero por dentro son killers (asesinas, figuradamente)»

De los testimonios de pasadas amantes, la peor parte se la lleva Trump de la exmodelo Rowanne Brewer Lane, quien asegura que en medio de una fiesta, me llevó a una habitación, abrió un cajón y me pidió que me pusiera un bikini. Cuando me lo pusé, me llevó ante la gente y dijo: "Esta es una despampanante mujer Trump". Las palabras de Carrie Prejean, Miss California 2009, tampoco le dejan en buen lugar al millonario, quien durante años patrocinó célebres concursos de belleza: "Nos inspeccionaba (a las misses) más cerca de lo que cualquier general haya inspeccionado alguna vez a su pelotón". La que fuera Miss Utah en 1997, Temple Taggart, recuerda que Trump preparaba el terreno de sus conquistas con escarceos: "Me besó directamente en los labios. Pensé, ay Dios mío, qué asco"

El pasado de Trump viene a reforzar protestas de algunos sectores de defensa de la mujer e iniciativas como la que prepara el fotógrafo Spencer Tunick. Titulado "Todo lo que ellas dicen significa todo", su proyecto presentará a cien mujeres desnudas para recibir al magnate ante la convención republicana que se celebrará en Cleveland (Ohio), los días 18 al 21 de julio. Las mujeres portarán en su mano un espejo, que «refleja lo que somos nosotros y lo que nos rodea", explica el artista.

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