¿Donald Trump o Rico McPato?

Después de las declaraciones de Donald Trump cuando se postuló para gobernador hace un par de semanas, lo único que podría diferenciarlo del mítico Rico McPato, el tío millonario del pato Donald, es que este último, de vez en cuando, mostraba un resabio de sensibilidad en su personalidad dura y fría cuando se lanzaba de cabeza a un mar de monedas de oro.
Vamos por los efectos. Después de la polémica declaración de Trump, la institución mexicana de formación de "Misses” anunció públicamente el 30 de junio de 2015 que no participarían del Miss Universo 2015, por las afirmaciones xenófobas contra inmigrantes latinos salidas de su boca el 16 de junio de 2015 .
Al rechazo se sumaron la Alcaldía de Bogotá, retirando el ofrecimiento para ser sede del concurso, la gigante Macy’s, y las cadenas televisivas Univisión y NBC, que anunciaron que no transmitirían el evento. Cantantes y actores que iban a participar en el certamen renunciaron. Hasta Shakira lo criticó por Twitter.
El rechazo no nació de factores tangibles, precios, espacios de participación u otros, nada relacionado al negocio puro y duro, pero sí al de la ética. El tema ahí es si uno se une y trabaja con una firma dirigida por una persona con valores negativos.
¿Podría la gente hacer una asociación simple y colocarnos en el mismo saco ético? Pues sí, entonces es mejor alejarse lo más posible o mostrar públicamente el desacuerdo para sentar una separación simbólica clara.
Para fresa sobre la crema, líderes políticos latinos muy reconocidos en la arena política estadounidense le pusieron más fuego al tema y solicitaron una declaración oficial del Partido Republicano, condenando las declaraciones de Trump. Si el boicot al certamen de Miss Universo resulta, de seguro que las declaraciones de Trump le costarán además de desprestigio, dinero y quizá haya iniciado la más fugaz de las carreras políticas.
¿Simplemente "metió la pata”, no escuchó a sus asesores de campaña o interpretó la realidad desde una perspectiva miope? Seguramente un poco de las tres. Pero la más complicada de ellas es la tercera.
Trump tuvo una lectura constreñida y pequeña de la realidad, y pronunció ideas de seguro compartidas por su grupo íntimo y así evidenció un sistema de valores que él y los suyos comparten. Con ello dio una mirada rápida del peligro de tenerlo a él como representante oficial.
El rey de la industria del entretenimiento controla medios, artistas y cadenas comerciales. El poder impide muchas veces tener contacto con la realidad y generar empatía. Pero en este caso el poder impidió que un aspirante a político, de un país poblado y construido por latinos, logre empatía con ese público que es además un importante grupo votante.
La lectura de Trump sobre la realidad política fue pobre, por decir lo menos, y se basó en el sentimiento de poder que su estatus de millonario y megaempresario produce en él.
Si su demanda por 500 millones contra Univisión, por incumplimiento de contratos de transmisión, no le funciona, entonces puede perder mucho dinero. Prestigio ya perdió. Es decir que un tema absolutamente soft, y anclado en valores, podría darle una buena abolladura a un enorme evento.
La lectura del contexto, más allá de los valores y creencias propios, y la empatía por los sistemas valóricos de grandes grupos de personas que logran activar su unidad alrededor de valores comunes son, desde esta experiencia, elementos únicos para prevenir crisis políticas y de reputación. Y, como van cambiando los roles en el siglo XXI, también lo son para las empresas.

*La autora es especialista en comunicación corporativa estratégica.

Comentarios