Los deportes favoritos de los ricos

Lo bonito del deporte es que cualquiera lo puede practicar, sea rico o pobre. ¿Tienes un balón? ¿Algunos amigos? Si es así, puedes jugar.

Sin embargo, para los más ricos del mundo -aquellos que poseen más de 30 millones de dólares- no es suficiente dar patadas a una pelota en una cancha local.

Los multimillonarios tienden a unirse a un club exclusivo, comprar el equipamiento más sofisticado y escoger deportes que requieren desembolsar una gran cantidad de dinero.

"A la gente rica le gusta andar con otros de su misma condición", explica Thomas Corley, el autor de "Hábitos Ricos", un libro sobre las prácticas de los individuos muy solventes.

"El deporte además los puede ayudar a desarrollar sus contactos. Unirse a un club es una buena manera de afianzar relaciones".

Incluso cuando parece que los ultrarricos practican los mismos deportes que el resto de los mortales, si uno se fija con atención se dará cuenta de que no es así: no juegan de la misma manera o por las mismas razones.

Golf: negocios sobre el green

Para jugar al golf, todo lo que se necesita es un palo, una bola y un agujero.

Pero los más ricos del mundo no suelen estar dispuestos a compartir el día con la gente común y corriente en un espacio público.

En cambio, prefieren ser socios de un club en el que después de jugar puedan almorzar con gente con un historial similar al suyo.

Ser socio de un club de golf puede costar cientos de miles de dólares.

"Ser miembro de un club de golf cuesta cientos de miles de dólares", dice David Friedman, el presidente de Wealth-X, una agencia con sede en Singapur que genera información relativa a los multimillonarios.

De acuerdo con Golf Magic, una página web para entusiastas del golf, una membresía puede costar entre 18.755 dólares en Archerfiel Links, en Escocia, y 392.000 dólares en Liberty National, en Nueva Jersey, Estados Unidos.

El 10 por ciento de los más ricos del mundo juega al golf, según Wealth-X.

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Esquí: chalets y laderas

Con un salario medio (de países desarrollados) se puede disfrutar del esquí. Por ejemplo, un bono de dos días para las pistas de Aspen Snowmass, en Colorado, Estados Unidos, cuesta 2.380 dólares.

Los más ricos, sin embargo, suelen alquilar un avión privado y volar a Courchevel, en Francia.

Estos también suelen querer tener su propio chalet en la nieve y comprar el mejor equipamiento.

Sólo un 1,6 por ciento de la población mundial esquía.

Y los que no compran una casa escogen alojarse en un resort u hotel de lujo.

De acuerdo a las investigaciones de Corley, el 12 por ciento de los individuos más ricos del mundo posee una casa en una zona de esquí.

El porcentaje es alto, teniendo en cuenta que sólo el 1,6 por ciento de la población general practica este deporte.

Así lo recoge el Informe Internacional sobre Turismo de Nieve y Montaña 2014, escrito por el consultor independiente Laurent Vanati.



Kabaddi: el deporte de los multimillonarios de India

Para algunos multimillonarios no es suficiente practicar su deporte favorito: necesitan poseer el equipo completo.

Así, no es inusual que aficionados ricos compren equipos de baloncesto o fútbol.

La última tendencia entre los ultrarricos de India es, sin embargo, el kabaddi.

Es una especie de lucha libre por equipos y se ha practicado durante décadas.

Cada equipo, de cinco jugadores, debe capturar a un miembro contrario y volver a su lado de la cancha.

Los miembros atrapados tienen que salir fuera del área de competición. El atacante no debe respirar durante el ataque.

Para demostrarlo, debe cantar en forma ininterrumpida.

Los ricos no compiten en kabaddi, sino que son los dueños de los equipos.

De ahí viene el nombre del juego: "kabaddi" significa "canto" en India y Paquistán.

Es un juego antiguo pero últimamente no es extraño ver a estrellas de Hollywood y grandes ejecutivos acudir a los torneos.

Los millonarios indios no lo practican, pero poseen los equipos que compiten en la Liga Pro Kabaddi.

Sin embargo, comparado con otros deportes, ser dueño de una agrupación no es tan caro.

Dirigir un equipo de kabaddi puede costar unos 820 mil dólares al año, relativamente económico si se compara con los más de 1.000 millones de dólares que cuesta comprar un equipo profesional en Estados Unidos y Europa y los cientos de millones que hace falta para mantenerlo.



Vela: relajación o intensidad

El único contacto que la mayoría de la gente tiene con la vela es cuando este deporte es televisado a raíz de los Juegos Olímpicos o la Copa América.

Pero para los ultrarricos puede ser una relajante actividad de fin de semana.

De acuerdo a la investigación de Corley, el 38 por ciento de los individuos más ricos del planeta navegan "y les encanta".

La mayoría pesca y se relaja. "Puede ser como meditar", señala.

Pero algunos prefieren la competición.

Esto se puede hacer sin invertir mucho, con un pequeño barco de segunda mano.

Además del precio del barco están los costos de amarra y mantenimiento. Y de la tripulación.

Aquellos con un patrimonio de millones de dólares, por el contrario, suelen gastar miles en yates.

Así lo asegura Paddy Boyd, director ejecutivo de Sail Canadá, una asociación que promueve la navegación.

Un yate suele costar entre 50 mil dólares y 200 mil dólares, dependiendo del tamaño.

Si éste mide más de 24 metros de longitud, su precio será superior a los 10 millones de dólares.

Pero no es suficiente con comprar un barco. También se necesita una tripulación.

Las embarcaciones que participan en la Copa América suele tener entre 15 y 20 tripulantes. Y estos suelen ganar un sueldo de seis cifras, dice Boyd.

Además, están las tasas del club, los costos de amarrar el yate en un puerto y su mantenimiento.

Participar en una competición regular cuesta entre 20 dólares y 250 dólares. Y si son profesionales 1.600 dólares o 2.000 dólares



Hípica: el deporte de los reyes

La hípica se conoce como "el deporte de los reyes".

Si bien es posible comprar un caballo por unos cuantos miles de dólares, los más codiciados suelen costar millones.
Mantener un caballo de carrera puede costar 100 mil dólares al año.

En septiembre de este año la Keenland Association, con base en Kentucky, Estados Unidos, vendió 13 potros (caballos de menos de un año) por valores en torno a un millón de dólares; dos de ellos por 2,2 millones de dólares.

Una vez adquirido el animal, se necesita un entrenador, que suele cobrar unos 37 mil dólares al año, pagar al veterinario y asumir los costos de alimentación, transporte y demás.

Si se suma todo, uno podría gastar más de 100 mil dólares al año.

Lamentablemente, con todo ello no se asegura un caballo ganador.

En 2006 un grupo de ricos británicos pagó 16 millones de dólares por The Green Monkey (El Mono Verde).

Tras perder tres carreras consecutivas, el caballo fue retirado de la competición.

En la mayoría de las carreras el ganador se lleva unos 100 mil dólares.

"Pero los ricos no tienen caballos para recuperar su inversión", asegura Jill Mullvihil, director de comunicación y relaciones públicas del National Thoroughbred Racing Association, en Estados Unidos.

"Lo hacen porque aman a estos animales y el deporte".

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