“Me rodeé de aquellos que entendí eran los profesionales más cualificados del mercado”- relata Eike Batista (58)- “fuimos auditados por compañías independientes de prestigio que decían que OGX (Empresa petrolera del grupo EBX) posee reservas aproximadas de 10.800 millones de barriles de petróleo”.
“Mi personal me reafirmó esta cifra día tras día; mis empresas fueron auditadas por las tres principales agencias de calificación en el mundo”. Así, línea a línea, Batista, el brasileño que quiso tener el rótulo del hombre más rico del mundo, expresó su sentir en una carta que escribió en 2013, cuando el emporio económico que edificó empezaba a desmoronarse.
Batista constituyó el grupo EBX que tiene en sus listas las empresas OGX2 (de petróleo y gas), MPX3 (de energía), LLX4 (logística), MMX5 (minería) y OSX6 (industria naval). En 2012, su fortuna, según la revista Forbes, estaba valorada en $us 28.000 millones. Era el hombre con más dinero de Brasil y el número 7 en el mundo. Sin embargo, 18 meses después de que sus expectativas de reserva en el campo Tiburón Azul de la OGX fueran menores, su fortuna bajó a $us 841 millones y, de ser el extravagante hombre que exhibía públicamente su vehículo de $us 1 millón y que patrocinaba la candidatura de Brasil para ser sede de los Juegos Olímpicos 2016, pasó a ocupar la portada de los diarios por sus derrotas y por enfrentar cargos por el presunto delito de ‘uso de información privilegiada’.
“La trayectoria del grupo solo se explica cuando combinas dos cosas: el apoyo público y político y una inteligente explotación de la especulación”, explica el economista brasileño Carlos Lessa.
Forbes, por su parte, describe en su portal web que los precios de cotización de cinco de las seis empresas de Batista, se desplomaron en la Bolsa y se convirtió en el multimillonario con la mayor caída patrimonial en el mundo.
“Emprender está en mi ADN. Es mi fuente inagotable de energía y vida. Voy a honrar todos mis compromisos”, asegura Batista
“Mi personal me reafirmó esta cifra día tras día; mis empresas fueron auditadas por las tres principales agencias de calificación en el mundo”. Así, línea a línea, Batista, el brasileño que quiso tener el rótulo del hombre más rico del mundo, expresó su sentir en una carta que escribió en 2013, cuando el emporio económico que edificó empezaba a desmoronarse.
Batista constituyó el grupo EBX que tiene en sus listas las empresas OGX2 (de petróleo y gas), MPX3 (de energía), LLX4 (logística), MMX5 (minería) y OSX6 (industria naval). En 2012, su fortuna, según la revista Forbes, estaba valorada en $us 28.000 millones. Era el hombre con más dinero de Brasil y el número 7 en el mundo. Sin embargo, 18 meses después de que sus expectativas de reserva en el campo Tiburón Azul de la OGX fueran menores, su fortuna bajó a $us 841 millones y, de ser el extravagante hombre que exhibía públicamente su vehículo de $us 1 millón y que patrocinaba la candidatura de Brasil para ser sede de los Juegos Olímpicos 2016, pasó a ocupar la portada de los diarios por sus derrotas y por enfrentar cargos por el presunto delito de ‘uso de información privilegiada’.
“La trayectoria del grupo solo se explica cuando combinas dos cosas: el apoyo público y político y una inteligente explotación de la especulación”, explica el economista brasileño Carlos Lessa.
Forbes, por su parte, describe en su portal web que los precios de cotización de cinco de las seis empresas de Batista, se desplomaron en la Bolsa y se convirtió en el multimillonario con la mayor caída patrimonial en el mundo.
“Emprender está en mi ADN. Es mi fuente inagotable de energía y vida. Voy a honrar todos mis compromisos”, asegura Batista
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