De Trump a Goni: cuando los millonarios llegan el poder



RENOVACIÓN | EL CAMBIO DE CICLO POLÍTICO EN AMÉRICA SUMA UN FENÓMENO ADICIONAL: ACAUDALADOS EMPRESARIOS BUSCAN LA PRESIDENCIA. LLEGAN MARCADOS POR LA POLÉMICA. SUS ANTECESORES NO FUERON ESPECIALMENTE EXITOSOS.

¿Qué viene después de la era de los gobiernos del llamado “socialismo del siglo XXI” a América? ¿La “plutocracia del siglo XXI”?

Tras tres lustros de un predominio de gobiernos de izquierda, el escenario político continental tiende a un particular giro: no sólo crece una serie de gobiernos de derecha sino que en cada vez más casos los lideran empresarios millonarios. El fenómeno ya suma cinco presidentes y abre posibilidades a al menos dos más.

La ola incluye a Estados de todo tamaño repartidos de norte a sur, hasta se diría que alineados estratégicamente en el mapa. Donald Trump gobierna la superpotencia norteamericana y Juan Carlos Varela preside la céntrica Panamá. El peruano Pedro Pablo Kuczynski, el paraguayo Horacio Cartes y el argentino Mauricio Macri, hacen el eje empresarial sudamericano del poder.

La lista puede crecer si el 2 de abril el banquero Guillermo Lasso derrota al izquierdista Lenin Moreno en el balotaje ecuatoriano. Si bien Moreno, hace tres semanas, ganó la primera vuelta por casi 10 puntos, Lasso ya recibió el apoyo de los principales frentes opositores para la segunda. Otro millonario con altas probabilidades de retornar al poder este año es el chileno Sebastián Piñera, quien ya gobernó su país entre 2010 y 2014. Por ahora lidera las encuestas. Cuenta con el 40 por ciento de apoyo, está a más de 20 puntos sobre sus rivales inmediatos para las elecciones del 19 de noviembre.



EL MISTERIO DE SUS FORTUNAS

Salvo Trump, los demás han sido esquivos a la hora de declarar sus respectivos patrimonios. Quienes lo han hecho, anunciaron montos muy distantes de los movimientos que involucran sus inversiones regulares. Macri, por ejemplo, declaró en 2016 que poseía 7,8 millones de dólares en diversos activos. Sin embargo, su emporio constructor y otras empresas familiares han llegado a encarar inversiones por varios cientos de millones de la divisa estadounidense.

En los años 90, la revista especializada en economía Forbes publicó que su progenitor, Franco Macri, poseía una fortuna valuada en 1.500 millones de dólares. Más aún, Macri ya fue objeto de un proceso judicial en 2015 por inconsistencias en las declaraciones de su patrimonio. El mandatario argentino declaró que en un año su fortuna se incrementó en 124 por ciento. Y se desató el escándalo.

Varela declaró que tenía bienes por 30 millones de dólares y Kuzcynski por 1,6. Piñera simplemente no ha desmentido a Forbes que le atribuye una fortuna en 2.300 millones de dólares y la sitúa como la tercera de Chile. Cartes respondió con un acertijo: “Cambio el 100 por ciento de lo que tengo por el 10 por ciento de lo que dicen que tengo”. Para entonces, la campaña presidencial de 2012, algunos cálculos aseguraban que su fortuna superaba los 2.000 millones de dólares. En otra oportunidad, dio la pauta de que su principal ingreso, “de lejos”, provenía de la industria tabacalera y sumaba en promedio 60 millones de dólares anuales.

Sobre la fortuna de Cartes pesan sonadas denuncias provenientes tanto desde la derecha como desde la izquierda y hasta desde el exterior. Los célebres wikileaks lo vincularon con el lavado de dólares y el narcotráfico.

Mientras que cuando Cartes lanzó su candidatura, el presidente uruguayo José Mujica alertó sobre el riesgo de la llegada del “narcocoloradismo” a Paraguay. Cartes ha defendido exitosamente hasta hoy la legalidad de sus bienes: la Tabacalera del Este, la industria de gaseosas Pulp, los diarios La Nación y Crónica, tres radios FM, Televisora Paraguaya y el banco Amambay.

Y precisamente, al margen de la narco sombra, se le acusa de haber iniciado su fortuna con un desfalco al Banco Central de Paraguay en 1985 por 34 millones de dólares.



HABILIDADES BANCARIAS

También el ecuatoriano Lasso ha sido acusado de oscuras movidas bancarias para hacer fortuna. Su banco, Guayaquil, adquirió durante la crisis de los 2000, cartas de crédito de la población a 40 por ciento de su valor y las recuperó años después cobrando el total. A Piñera se le ha dedicado un libro de investigación, “Crónica secreta de la economía chilena”. Allí se denuncia con abundante detalle que especuló dolosamente con acciones de empresas estatales en la bolsa neoyorkina en 1984, durante la dictadura pinochetista.

El panameño Juan Varela también ha sido acusado de movidas bancarias pero sobre todo de coimas recibidas de la constructora Odebrecht y lavado de dólares para casas de apuestas ilegales. Estas dos acusaciones provinieron desde un diario y las propias autoridades de EEUU, respectivamente. Es más, las primeras denuncias de corrupción contra el actual gobernante panameño las lanzó su ex socio, comilitante y antecesor en el cargo, Ricardo Martinelli en junio de 2014. Para entonces, Varela era vicepresidente de Martinelli y respondió con denuncias que vinculaban al otro empresario presidente con lavado de dólares para la mafia italiana.

Pleitos al margen, así como Juan Carlos Varela, varios de los actuales millonarios presidentes tuvieron sus símiles antecesores. El propio Cartes, por ejemplo, fue precedido en 1993 por Juan Carlos Wasmosy. Y este millonario antes de ser presidente, como varios otros, también refutó la idea de que “gobernante adinerado es menos corrupto”. En 1999, un informe de la Contraloría paraguaya concluyó que Wasmosy dilapidó y se apropió de 6 mil millones de dólares durante su gobierno.



Gonzalo Sánchez de Lozada.
Agencias

LOS CASOS BOLIVIANOS

El periodo de gobierno de Wasmosy coincidió con el de otro empresario presidente en Sudamérica: el boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, popularmente conocido como Goni. Hizo carrera empresarial en la minería a través de su empresa, la Compañía Minera del Sur (Comsur), desde 1965. Explotó yacimientos de oro, plata, estaño y plomo en toda Bolivia y luego expandió sus inversiones a consorcios en Chile, Argentina, Perú y otros países.

Cuando lanzó su candidatura en 1993 reconoció tener un patrimonio de 50 millones de dólares. El libro “La Fortuna del Presidente”, escrito por el periodista Andrés Soliz Rada, desnudó en 1997 las dimensiones de su emporio. La publicación, nunca siquiera respondida por los aludidos, denunció además cómo desde el poder Goni fue ampliando su patrimonio. Baste señalar que gozó de la colaboración de su hermano Antonio quien fungió como Contralor de la República durante su primer gobierno.

Sánchez de Lozada no ha sido el único millonario que llega a presidente de Bolivia. Lo antecedieron otros dos magnates mineros de la plata: Gregorio Pacheco y Aniceto Arce quienes gobernaron el país entre 1884 y 1888, y entre 1888 y 1892, respectivamente. Sus críticos acusan a Arce y Pacheco de una conducta traicionera durante la Guerra del Pacífico. Aseguran que prefirieron favorecer el crecimiento de sus fortunas y a sus socios chilenos antes que asumir la defensa del Litoral boliviano.



GOBERNAR CON DISCRECIÓN

Diversos indicadores señalan que hubo un mega millonario que gobernó Bolivia tanto o más que cualquiera de sus presidentes. El único magnate de este país que figuró, en 1940, entre los diez millonarios más ricos del planeta se llamó Simón I. Patiño. Se le atribuye la filosofía de preferir presidentes a su servicio en lugar de los afanes de ser presidente. Sin embargo, el poder de Patiño fue derrocado por la revolución de 1952 encabezada por uno de sus abogados: Víctor Paz Estenssoro, líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) que expropió y estatizó las minas del multimillonario “rey del estaño”.

Irónicamente, casi cuatro décadas más tarde, Paz Estenssoro heredó su partido y poder nada menos que al magnate minero Gonzalo Sánchez de Lozada. Paradojas de los ciclos políticos como el que hoy releva a los neo socialistas ante la emergencia de corrientes opuestas. Quién sabe si frente al actual gobierno del Movimiento Al Socialismo surja en las siguientes elecciones otro potentado. De hecho, cuenta que en tres anteriores justas el cementero Samuel Doria Medina lo intentó y hoy lidera a la reducida oposición parlamentaria boliviana.





UN MUNDO PARA RICOS

Quién sabe también si a la hora de explicar el origen de sus fortunas los futuros candidatos empresarios latinoamericanos sean menos esquivos y modestos. A la inversa de ellos, por ejemplo, Trump ha asegurado tener una fortuna de 10.000 millones de dólares. Fue tan explícito que Forbes lo desmintió y aseguró que ese patrimonio sólo llega a 3.700 millones. Aun así, se constituye en el mayor potentado de la historia de EEUU en asumir el poder.

Trump también tuvo sus predecesores. Una investigación sorprendió a más de uno al revelar que el siguiente potentado en la lista estadounidense es nada menos que George Washington. Según cálculos del sitio 24/7 Wall St., el prohombre de la Unión, a finales del siglo XVIII tenía el equivalente a 580 millones de dólares de hoy. Las posesiones de quien gobernó EEUU entre 1789 y 1797 incluían 3.200 hectáreas de tierra productiva en plantaciones de Virginia y unos 300 esclavos. 24/7 Wall St. valorizó y llevó a precios de 2016 las fortunas máximas que alcanzaron en su vida los 44 ex presidentes de EEUU.

Y segundo se ubicó otro de los llamados "padres fundadores" de los Estados Unidos, Thomas Jefferson (1801-1809). Fue también un terrateniente de Virginia cuyos activos ascenderían en la actualidad a 234 millones de dólares. El sitio no incluyó entre los primeros de la lista ni a John F. Kennedy ni a George W. Bush, miembros de clanes mega-acaudalados.

El fenómeno de los millonarios que se convierten en mandatarios ha sido más frecuente en Latinoamérica que en otras partes del mundo. Sin embargo, Europa y Asia tienen sus especímenes. En el viejo continente cuentan los casos del italiano Silvio Berlusconi y de Petró Poroshenko, actual presidente de Ucrania. En el lejano oriente destaca Lee Myung-bak, el empresario, ejecutivo de la transnacional Hyundai, que presidió Corea del Sur entre 2008 y 2013.

Berlusconi fue, entre abril de 1994 y noviembre de 2011, tres veces Presidente del Consejo de Ministros de Italia. Este magnate, propietario de ocho redes televisivas europeas, cuatro periódicos, editoriales y agencias de publicidad, ejerció el cargo en total durante 9 años. Forbes le atribuye una fortuna de 7.800 millones de dólares. Se le ha hallado varias similitudes con Trump: ambos mega millonarios llegaron al gobierno sin experiencia previa, sin miedo a polémicas, a desbordes, a escándalos sexuales ni a duras acusaciones de fraude.

Por su parte a Petró Poroshenko se le apoda el Willy Wonka de Ucrania, en alusión al protagonista de “El rey del chocolate”. En la década de los 90, levantó su imperio en base a la industria del cacao. Luego creó Roshen, el gigante de las golosinas de Europa oriental que produce 450.000 toneladas de dulces cada año. Compró un canal de televisión, un astillero y empresas productoras de autos y colectivos. Paralelamente, hizo carrera política, y en 2014 fue una de las cabezas del golpe que desplazó del poder al presidente pro ruso Víktor Yanukóvich.

En suma quienes deciden gerenciar países en lugar de depender de los políticos profesionales, ya han dejado huella en el planeta. Hasta hoy, ninguno ha sido especialmente exitoso y sus pasos por el poder no son precisamente recordados con himnos y apologías.

Pero queda claro quién manda en el mundo. Y, al parecer, en los círculos del gran capital prevalece aún la postura de Patiño. No por nada el informe 2016 de la agencia Oxfam titula “Una economía al servicio del 1 por ciento”. Allí se revela que “la desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables, que actualmente, el 1 por ciento más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99 por ciento restante de las personas del planeta. Se añade: “El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. El entramado mundial de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada oculte en ellos 7,6 billones de dólares. Para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad”.

Y, seguramente, a ese sistema son funcionales no sólo los polémicos magnates que se vuelven presidentes. Sin duda, suman también aquellos mandatarios que recién se vuelven millonarios tras su paso por el poder.

Parece que no llega al poder la plutocracia, sino que siempre ha estado gobernando el planeta.

Con datos de The Clinic, Perfil, BBCMundo, “La Fortuna del Presidente” (Andrés Soliz Rada), ABCColor, La Nación (Buenos Aires), Informe Oxfam 2016, “Entre Urnas y Fusiles” (Carlos Mesa G.), Ultima Hora (Asunción) y Wikipedia.



"La ola de regímenes liderados por empresarios millonarios incluye a Estados de todo tamaño repartidos de norte a sur, hasta se diría que alineados estratégicamente en el mapa"



"El periodo de gobierno de Wasmosy coincidió con el de otro empresario presidente en Sudamérica: el boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada, popularmente conocido como Goni"



"Una investigación sorprendió a más de uno al revelar que el siguiente potentado en la lista estadounidense es nada menos que George Washington. Según cálculos del sitio 24/7 Wall St., el prohombre de la Unión, a finales del siglo XVIII tenía el equivalente a 580 millones de dólares de hoy"



Comentarios